El restaurante, Palacio de Gallego, está situado a escasos metros de la Santa Iglesia Catedral de Baeza, instalado en un edificio de finales del siglo XVI. En este precioso lugar se pueden encontrar diferentes ambientes: una tasca donde poder tapear o hacer una comida informal, un restaurante en el que la imaginación y el paladar te trasladan a otra época, zona café, discopub y terraza exterior en temporada.
Cuando uno se va acercando a esta antigua casa palacio situada en el corazón del casco antiguo de Baeza, uno se extrapola a otra época, calles que rebosan historia por los cuatro costados, olor a chimenea, historias de antepasados que hemos leído en muchos libros. Así, en esta situación, entramos en el Palacio de Gallego, un local hostelero multidisciplinar enclavado en una joya arquitectónica de distintos ambientes donde poder degustar desde una cerveza en su zona de tasca, a platos a la brasa en el patio exterior, así como sentarse a comer de forma íntima en el comedor.
En este restaurante la especialidad son los platos a la brasa, pues tienen un horno de leña a la antigua usanza, en la que la gastronomía y los productos gourmet son de primera calidad: Verduras, aceite de oliva virgen extra, vinos, carnes, pescados y mariscos. Combina la tradición con la modernidad elaborando platos sencillos pero elegantes, preocupándose de vestir la mesa con humildad. El resto lo pone la pasión de sus fogones.
Lo primero que se detecta al llegar a este lugar es el olor a brasa que desprende su magnífica parrilla situada en la zona del patio.
Antes de llegar a los platos contundentes, conviene tomar unos entrantes a base de unas anchoas del cantábrico de buen tamaño y gran sabor, unas gambas rebozadas, y unas coquinas de temporada a la plancha, platos muy típicos de este restaurante que estaban en su punto de fritura perfecta, acompañados de un albariño.
Tampoco conviene dejar de probar los huevos con trufa, jamón ibérico y gambas, así como el atún a la brasa y el bacalao confitado con verduras también a la brasa. Esto por lo que respecta al apartado de pescados.
En lo referente a carnes, la especialidad de este restaurante, no hay que perderse de degustar las fabulosas mollejas de ternera acompañadas de unos níscalos a la brasa, y por su puesto hay que disfrutar del solomillo de ternera a la brasa. Todo ello regado por un vino tinto de Toro.
Y para reposar, qué mejor lugar que este sitio tomando una copa o una infusión para digerir correctamente contemplando un patio del siglo XVI.
Pero Baeza, además de lugar para el deleite del paladar, es una Ciudad Patrimonio de la Humanidad que alberga en su interior el mejor Renacimiento español: http://lascosasdelmarques.blogspot.com.es/2016/11/fin-de-semana-en-el-renacimiento-espanol.html